Las traducciones macarrónicas en las webs

Cuando una web es en más de un idioma, lógicamente hay que traducir los textos de toda la web a esos idiomas adicionales. Para la traducción de textos hay varios caminos:

 

1. Que las traducciones de textos se encarguen a un traductor profesional

Es la solución correcta.

 

2. Que el cliente haga por su cuenta las traducciones de textos

Aún cuando la traducción la haya hecho algún miembro del equipo que habla ese idioma, lo cierto es que estas traducciones casi siempre son deficientes. A veces mucho peor que eso: son traducciones hechas directamente con Google Translator. Todos nos hemos reído alguna vez de una mala traducción a nuestro idioma, ¿verdad? ¿Vas a arriesgarte a dar esa imagen a quienes visitan tu web?

 

3. Que el cliente nos pida configurar en la web la traducción automática de Google

Esta solución le da a la web un perfil bajo, por lo que debería ser el último recurso. A poco que puedas, invierte en tener la web correctamente configurada en los idiomas que necesites.

Como nota próxima: Nosotros trabajamos desde Barcelona y tenemos clientes que tienen sus webs también en catalán. Hemos visto en no pocas ocasiones traducciones descuidadas a este idioma, con faltas de ortografía y castellanismos. Una empresa debe cuidar que los textos de su web sean perfectos, tanto por su propia imagen como por cortesía hacia sus clientes.

La traducción de los textos de tu web a otro idioma debe ser perfecta.

 

Si vas a hacer tu web en varios idiomas, contrata a un traductor profesional para las traducciones de los textos.

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